Para marcar el compás del día, tienes que aprender a quedarte en quietud y a tener un tiempo de sintonización por la mañana temprano al despertarte, antes de que tu mente quede enredada en los asuntos del día. Tu vida es como un lienzo limpio sin una sola mancha sobre él. Que los primeros trazos al despertar sean muy claros y definidos. Que estén llenos de amor, de inspiración y de expectación ante lo mejor del nuevo día que se te pone por delante. Te encontrarás en un estado muy silencioso, receptivo y sensible. En ese estado serás capaz de dirigir las actividades de tu mente a través del sendero más elevado y más deseable. Comienza el nuevo día dispuesta a que ocurra lo mejor en todo lo que emprendas. Paso a paso, observa cómo se despliega el diseño perfecto para el día y para ti. El ayer lo dejaste atrás, te aguarda un día nuevo y glorioso, y tú estás en armonía con toda la vida.
Eileen Caddy