... Aunque nuestro cuerpo físico sea limitado, nuestra verdadera naturaleza nos abre a lo ilimitado, a lo que hay más allá de la vida y de la muerte, a la plenitud e indivisibilidad con todas las cosas. Celebrando esta comprensión eterna, Chuang Tzu escribió de los auténticos hombres y mujeres de antaño: "Dormían sin sueños y se despertaban sin preocupaciones. Iban y venían con soltura. Tomaban la vida alegremente, tal como se presentaba" puesto que el tao lo incluye todo.
Deja en paz tu corazón
Observa el alboroto de los seres,
pero contempla su regreso.
Si no eres consciente del origen,
caes en la pena y la confusión.
Cuando te das cuenta de donde vienes,
de un modo natural te vuelves tolerante,
desinteresado, divertido,
cálido como una abuela,
digno como un rey.
Inmerso en la maravilla del Tao,
puedes afrontar todo lo que la vida te presenta,
y estás preparado cuando te llega la muerte.