Había un gran santo, Eknath Maharaj, que escribía en un verso: "Te diré el secreto de la realización de Dios: en el momento en que eliminas tu ego, tu sentido de existencia separada, te das cuenta de que siempre has sido Dios, de que eres Dios aquí y ahora. Es sólo el ego lo que te mantiene separado de esta experiencia. Este ego crea tal nudo dentro de ti que es casi imposible desatarlo. Si las cosas son así, ¿cómo podría el propio orgullo dirigirnos a Dios?
Me gustaría contaros una historia. Había una barca en la orilla de un río y su barquero la estaba cargando. Puso en ella todo cuanto pudo. Al tratar de remar para apartarse de la orilla la barca no se movió. Pensó que quizás había puesto demasiado peso, así que sacó unas cuantas cosas y empujó de nuevo. Pero el bote no se movía. Comenzó a sospechar que el bote estaba bajo la maldición de algún espíritu, así que rompió un coco y luego cortó un limón, pero eso tampoco le sirvió para nada. Entonces comenzó a repetir un mantra y ni siquiera eso le ayudó. Al mirar hacia arriba, vio un saddhu bañándose en la otra orilla del río y le gritó:
"Oh Babaji, oh Babaji¿ ¿Puede ayudarme?"
"¿Qué sucede?"
"Mi barca no se mueve".
"Estúpido, ¿acaso no ves que tu barca está atada a la roca?
¿Cómo va a moverse la barca si no desatas el nudo?".
Muchos de nosotros somos tan estúpidos como ese barquero. Queremos que la barca de nuestra búsqueda se mueva hacia delante pero no desatamos el nudo del ego que la mantiene firmemente atada a nuestra existencia miserable, limitada y sin sentido. Por lo tanto, en lugar de repetir todo el tiempo Yo, Yo, Yo, ¿por qué no repites So'ham, So'ham, So'ham? Esto significa "Yo soy Eso", en otras palabras, "Yo soy Dios, Yo soy El" Dios está más cerca nuestro que cualquier otra cosa en el mundo. El es nuestra realidad intrínseca.
Swami Muktananda