Cuando llega la muerte (pasaje)



















Y así pues, lo contemplo todo como una hermandad de hombres y mujeres, y considero el tiempo sólo como una idea, y considero la eternidad como otra posibilidad; y pienso en cada vida como una flor, tan corriente y tan singular como una margarita de campo;
y en cada nombre como una agradable música en la boca, tendiendo -como todas las musicas- hacia el silencio;
y en cada cuerpo como un adalid del coraje; algo precioso de la Tierra.
Acabado esto, quiero decir: toda mi vida fui novia del asombro.
Fui el novio llevando al mundo entre mis brazos.
Mary Oliver