"Los seres humanos son en esencia hijos de Dios, reflejos inmaculados del Padre que no han sido manchados por la ilusión, los cuales se han convertido en “hijos del hombre”al identificarse con el cuerpo y olvidar su origen en el Espíritu. Quien está cautivo de la ilusión es simplemente un mendigo en las calles del tiempo; pero así como Jesús recibió y reflejó —a través de su conciencia purificada— la divina filiación de la Conciencia Crística, así también todo ser humano, por medio de los métodos de meditación del yoga, puede purificar su mente y convertirse en una mentalidad diamantina apta para recibir y reflejar la luz de Dios”.
Paramahansa Yogananda