La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.
La carreta vacia
Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un
pequeño silencio me preguntó:
Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta...
Eso es, dijo mi padre.
Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.
Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna,
presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".
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Gracias Sina por esta anécdota, en esa humildad aparece maravillosa nuestra verdadera identidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias. Lo recordaré.
ResponderEliminarUn beso
Escuchar el corazón de los demás, descubrir los tesoros del alma, son uno de los mejores regalos. Quienes no se permitan " escuchar" o más bién "Oir" a los otros. Son aquellos que tampoco se conocen a sí mismos. Algunas frases populares se refieren de éste modo: " Se habla de lo que se Adolece", " Mucho ruido, pocas nueces" son algunos. Un gusto disfrutar de tus entradas. Un cálido abrazo.
ResponderEliminarGracias, querida Delia, desde esa humildad sale nuestro Tesoro, que el ego no deja brillar.
ResponderEliminarUn abrazo luminoso.
Gracias Amelia.
Un abrazo.
Un placer leer tus comentarios Caperucita, siempre sabes hacer un aporte lleno de sabiduría.
Un amoroso y tierno abrazo para ti.
Aprendemos de todos. Cada paso en el camino es un recordatorio de quien somos.
ResponderEliminarGracias amiga.
Un fuerte abrazo!
Hoy las carretas llevan amortiguadores, y aún es más difícil averiguar si van llenas o vacías... la falsedad y el engaño se superan a sí mismos.
ResponderEliminarMaravillosa enseñanza.
Besos.
Buena enseñanza. Podemos decir mucho hablando poco, e incluso callando. Aveces se nos olvida que una conversación cuenta al menos de dos partes que intervienen. Es tan grande escuchar como ser escuchado.
ResponderEliminarGracias una vez más por la entrada.
UN fuerte abrazo
Cuánta razón tiene el padre...hermosas letras y enseñanza,
ResponderEliminarTe dejo un abrazo silencioso impregnado con aroma de cerezas,
Naia
Es cierto, todo es para nuestro aprendizaje, hay que aceptarlo, como viene.
ResponderEliminarGracias Zanara.
Un abrazo muy amoroso.
Bien cierto es, pero muchas veces el instinto nos previene de esos engaños, hay que estar alerta!
Un abrazo Buscador!
Gracias a ti Hoka hey, por tu visita.
Es muy cierto lo que dices, a veces es mejor
escuchar ...
Un abrazo lleno de cariño.
Querida Naia, la sabiduría popular siempre ha estado llena de buenas enseñanzas, que lástima que se haya perdido casi todo.
Un amoroso abrazo y una caricia para ti, amiga.
Ya lo había leído en otro blog, pero me encanta encontrármelo nuevamente. es de una enseñanza muy valiosa.
ResponderEliminarUn abracito.
Si, es una historia antigua, pero es bueno seguir recordando.
ResponderEliminarHay que ser humildes y sencillos, tu lo sabes bien, bella acuariana.
Un abrazo!
Me va a ir de perlas, gracias amiga
ResponderEliminarhe ido repasando tus entradas atrasadas, todas tienen una semilla, esperemos la floración
abrazos, linda
Gracias bella Arianna.
ResponderEliminarPara mí es un placer si en algo puedo serte útil.
Un abrazo muy amoroso.