Renuncia a tus envidias, olvida tu deseo de triunfar por encima de los demas. Con amabilidad, con valentia, con la confianza de que al hacerlo te aseguras el exito, acoge a los demas con una sonrisa. Se claro y directo. Y procura ser imparcial. Todo esto no te lo digo en calidad de Dalai Lama, ni por ser una persona dotada de poderes espirituales. No los tengo. Te hablo solamente como un ser humano; como alguien que, igual que tu, desea ser feliz y no sufrir.