Estate atento a como funcionas, familiarízate con tu cuerpo, tus sensaciones, sentimientos, miedos y pensamientos. Es entonces cuando puedes descubrir que lo que llamas tu cuerpo, sentidos y mente, son solamente ideas que mantienes sin saber realmente lo que son. Superpones una imagen-memoria a tu cuerpo y a tus emociones.
Así, el primer paso, si podemos hablar de pasos, es darte cuenta de que rara vez escuchas a causa de tus continuas reacciones y anticipaciones. En la observación inocente, lo que es visto apunta hacia la visión en sí misma. No hay ya ninguna interferencia de un ego que se apresure a juzgar, calificar o concluir. Te encuentras a ti mismo en una atención libre de tensión y concentración, en la que no existe nadie que esté atento ni ningún objeto de atención. Vive esta atención sin referencia que está fuera de la relación sujeto-objeto. Tú eres conciencia, la conciencia que subyace a los diversos estados en que entramos y salimos. Ahí sólo hay amor y alegría de vivir.
Jean Klein- La sencillez del ser