La Paz

¿A qué se parece la serenidad profunda?
¿Qué es la confusión?
Bien, la serenidad profunda es el final de la confusión.
La paz que ha de hallarse dentro de uno se encuentra en el mismo lugar en el que se ubican la agitación y el sufrimiento. No ha de hallarse en el bosque ni en la cima de la
colina, ni es otorgada por un maestro. Donde usted experimenta sufrimiento puede encontrar la emancipación del sufrimiento. En realidad, tratar de escapar del sufrimiento es, de hecho, correr hacia él.
Si usted deja ir un poco, tendrá un poco de paz. Si dejar ir mucho, tendrá mucha paz. Si
deja ir completamente, tendrá una paz completa.
De hecho, en verdad no hay nada para los seres humanos. Cualquier cosa que
pudiéramos ser se encuentra sólo en el plano de las apariencias. Sin embargo, si vamos
más allá del plano de las apariencias y vemos la verdad, observaremos que no hay nada
allí, sino las características universales – nacimiento al principio, cambio en la mitad y
cese en el final. Eso es todo lo que hay. Si vemos que todas las cosas son así, entonces
no surge ningún problema. Si comprendemos esto, estaremos contentos y en paz.
Saber lo que es bueno o malo, ya sea viajando o viviendo en un lugar. Usted no puede
encontrar la paz sobre una montaña o dentro de una cueva. Aún más, puede ir hasta el
lugar en el que el Buda alcanzó la iluminación sin siquiera estar un poco más cerca de la
verdad.
Cualquiera puede construir una casa de madera y ladrillos, pero el Buda nos enseñó que
esa clase de hogar no es nuestro verdadero hogar. Es una casa en el mundo y sigue los
caminos del mundo. Nuestro hogar verdadero es la paz interior.
Ajahn Chah
La luna brilla en mi interior,
pero mis ojos ciegos no pueden verla.

La luna está en mí, lo mismo que el sol.

Sin que lo toquen, el tambor de la eternidad resuena en mi interior, pero mis oídos sordos no pueden oírlo.

Así, en tanto que el hombre reclame el yo y lo mío, sus obras serán como cero.

Cuando todo amor del yo y de lo mío haya muerto, entonces es cuando se consumará la obra del Señor.

Que el trabajo no tenga otro afán que el conocimiento.

Alcanzado el conocimiento, déjese el afán.

El afán de la flor es el fruto; cuando el fruto madura, la flor se marchita.

El ciervo contiene el almizcle, aunque no lo busca en sí mismo, sino husmeándolo en la hierba.

Kabir

Cada acto es un rito

Quang, una vez oí un buen símil sobre la respiración. Imagínate una muralla elevadísima desde cuya cima uno puede ver enormes distancias, pero para la que no parece haber ningún método para subir excepto un hilo finísimo que cuelga a ambos lados desde la cima. Una persona lo suficientemente inteligente atará una cuerda más gruesa a un extremo del hilo, irá al otro lado de la muralla y tirará del hilito hasta tener en su mano la cuerda; luego atará al extremo de la cuerda una soga gruesa y tirará de la cuerda. Cuando la soga haya llegado a un lado y esté firmemente sujeta al otro, la muralla podrá ser fácilmente escalada.
Nuestro aliento es esa frágil hebra de hilo. Pero una vez que sabemos cómo utilizarlo, puede ser una poderosa herramienta que nos ayude a superar situaciones que de otra manera parecerían desesperadas. Nuestro aliento es el puente entre nuestro cuerpo y nuestra mente, el elemento que los reconcilia y que hace posible la unidad cuerpo-mente. La respiración está aliada al cuerpo y a la mente y ella sola es el instrumento que puede reunir, iluminar y llevar a ambos calma y paz.
Dicen que una persona que sabe respirar es una persona que sabe cómo crear infinita vitalidad: la respiración desarrolla los pulmones, fortalece la sangre y revitaliza todos los órganos del cuerpo.
Dicen que respirar adecuadamente es más importante que comer. Y todas esas afirmaciones son completamente correctas.
Pero de lo que quiero hablarte, Quang, es de cómo la respiración es un instrumento y cómo la respiración es en sí misma atención mental. La utilización de la respiración como instrumento puede ayudarnos a obtener inmensos beneficios pero que no pueden considerarse en sí mismos como fines. Los beneficios son solamente una añadidura a la realización de la atención mental.
En Paris dirigía una pequeña clase de meditación para no-vietnamitas, entre los cuales había mucha gente joven. Yo les decía que si podían meditar una hora diaria era bueno, pero no suficiente; que tenían que practicar meditación cuando andasen, se parasen, se tumbasen, sentasen o trabajasen. Les había dicho cómo practicar meditación mientras se lavaban las manos, fregaban los platos, barrían el suelo, charlaban con los amigos o hacían cualquier cosa. Les dije: "Mientras lavas los platos, puedes estar pensando en el té que te aguarda luego, y de esta manera tratar de quitártelos cuanto antes de encima para poder sentarte a saborear una taza de té. Pero eso significa que eres incapaz de vivir durante el tiempo que tardas en fregar. Cuando laves los platos, esa tarea debe ser la cosa más importante de tu vida; y mientras te bebes el té, eso debe ser lo más importante de tu vida. Partir leña es meditación, llevar agua es meditación. El practicante debe estar atento todo el día, y no solamente durante la hora reservada para la meditación formal, la lectura de las escrituras o el recitado de los sutras. Cada acto debe ser realizado con atención mental. Cada acto es un rito, una ceremonia. Elevar la taza de té hasta tu boca es un rito. Quizá la palabra "rito" es un poco demasiado solemne, pero la utilizo para empujar a la gente a la realización del darse cuenta del tema de la vida y la muerte.
Thich Nhat Hanh
Del libro Cómo lograr el milagro de vivir despierto

La tarea

Cuando cada día
es sagrado
cuando cada hora
es sagrada
cuando cada instante
es sagrado
la tierra y tu
el espacio y tú
llevando lo sagrado
a través del tiempo
alcanzarás
los campos de luz.
Guillevic
Las palabras sinceras no son ostentosas;
Las palabras ostentosas no son sinceras.
Quienes saben no son "muy versados";
Quienes son "muy versados" no saben.
Los buenos no tienen mucho;
Quienes tienen mucho no son buenos.
El Sabio no acumula nada.
Tras destinar al prójimo cuanto tenía,
Tiene más todavía.
Tras dar lo que tenía al prójimo,
Lo que tiene es incluso más grande.
Así pues, el Camino del Cielo es beneficioso
y no causa daño alguno;
El Camino del Hombre consiste en actuar por el
bien ajeno y no competir con los demás.
Lao Tse- Tao Te Ching

El éxtasis de no ser nadie

Iluminación
es vivir sin un futuro,
liberarse de la pretensión de seguridad.
Sin un futuro, ¿adónde se ha ido el pasado?
Es el final de lo conocido
y la interminable exploración de lo Desconocido.
Es el final de la lucha
por ser alguien o algo.
Es el final del buscar.
Es el final de intentar convertirte en alguien.
Es el final del tratar de agarrarte a algo.
Es el final del intentar que suceda algo.
O que no suceda.
¡Qué alivio!
Scott Morrison