El corazón de la presencia


















Si quieres ser libre,

conócete como el Ser,
el testigo de todo,
el corazón de la atención.
Deja a un lado tu cuerpo.
Establécete en tu propia vivencia.
Serás, de una vez, feliz.
Sereno para siempre.
Libre para siempre.
Sin forma y libre,
más allá del alcance de los sentidos,
el testigo de todas las cosas.
!Sé feliz pues!
Bien o mal,
alegría y tristeza,
eso pertenece sólo a la mente,
no a ti.
Tú eres en todas partes,
eternamente libre.
Ashtavakra Gita
























El bien supremo es como el agua.

El agua es buena, pues beneficia a las diez mil cosas
y, sin embargo, no compite con ellas.
Mora en lugares que la masa humana detesta,
Y por lo tanto está próxima al Camino.
Lo idóneo para vivir es la tierra;
Lo idóneo para la mente es la hondura;
Lo idóneo para dar es ser como el Cielo;
Lo idóneo para hablar es la sinceridad;
Lo idóneo para gobernar es el orden;
Lo idóneo para resolver asuntos es la habilidad;
Lo idóneo para la actividad es hacer las cosas a tiempo.
Sólo quien no compite no cae en falta.
Lao-Tse

El Camino de los Siddhas


















¿Es fácil el camino de los Siddhas? No, en absoluto. Ni siquiera lo es para los mismos Siddhas que han trabajado muy duro para obtener la liberación. Sin embargo, es fácil para aquellos que reciben la gracia de un Siddha.
Un Siddha conduce a sus devotos al estado de libertad total (Kaivalya), sin causarles trabajo y agonía.
El estado de un Siddha es sumamente difícil de lograr, pero se convierte en algo fácil cuando el alma limitada recibe Shakti (energía divina) por el favor del Siddha.
Los Siddhas habitan en su propio mundo. El mundo de los Siddhas está situado muy en lo alto y su naturaleza no opone ninguna resistencia, obstáculo o impedimento. En ese mundo no existe ni sol ni sombra, ni día ni noche. No hay sufrimiento físico.
Siddha Loka es un vasto reino inundado de dicha. Está iluminado, pero no con luz del sol o de la luna. Todos sus árboles, flores y enredaderas, jardines y montañas están llenos de fulgor de la conciencia. Sólo la conciencia brilla y resplandece. La gran Kundalini ha creado ese mundo de su propia naturaleza.
En Siddha Loka lo auspicioso reina por todas partes y a todas horas. Sus habitantes viven en cuerpos azules creados de Conciencia pura. Gozan de juventud eterna. La felicidad y nada más que la felicidad se manifiesta allí en todo momento. En ese lugar, no puede entrar ni la tristeza ni el deseo. La pasión y la aversión no pueden causar ningún daño. Por el contrario, constantemente fluyen vibraciones hermosas, dulces y siempre nuevas. Los Siddha viven la totalidad de la dulzura, porque beben el néctar del goce interno. A pesar de que viven por tiempo ilimitado, la dicha de su éxtasis es siempre mayor y siempre nueva. Todos ellos son "urdhavaretas", o aquellos cuyo semen fluye únicamente hacia arriba, lo cual es el signo de la conquista total del apetito sexual. Con su mirada dirigida a lo alto el sahasrar, se mueven y vagan en la dicha más suprema. Todos los Siddhas son completamente libres.
Los Siddhas son seres cuyos deseos siempre se realizan; poseen poder divino y vibran con energía infinita. Viajan por todos los mundos, van a donde desean en la carroza del pensamiento. Incluso la vida más larga en nuestro planeta representa tan sólo unos pocos segundos para ellos. También siguen visitando nuestro mundo según su voluntad.
Los mortales de nuestro planeta que son bendecidos por Siddhas se convierten así mismo en Siddhas, y mientras duran sus vidas viven en felicidad total y nada más que felicidad.
Todas sus ocupaciones están motivadas por la conciencia radiante que pulsa dentro de ellos. Incluso mientras viven en medio de individuos condicionados y aprisionados, permanecen en éxtasis de gozo. Al igual que un millonario permanece consciente de su riqueza por más que esté rodeado de gente, ellos viven como los Siddhas de Siddha Loka, plenamente conscientes de la felicidad del sahasrar.
¿Qué es un Siddha? "Un Siddha es aquel que vive en libertad total" (Shivasutras). Es aquel que es pleno en sí mismo. Que se deleita en las enseñanzas que surgen de su interior. Sólo eso es su Veda. Un Siddha repite el mantra original que vibra sin cesar en el interior. Es perfecto en conocimiento, perfecto en devoción y perfecto en Shakti. Siendo supremamente libre, nada le puede atar. El Siddha trata a todo el mundo con el mismo amor y con la misma amabilidad.
Sai Baba de Shirdi, Nityananda Baba y Akkalkot Swami fueron los grandes Siddhas de la época moderna. El linaje de Siddhas permanece ininterrumpido desde Shiva hasta la actualidad. El camino de los Siddhas nunca desaparece por completo. No puede ser destruido. Cuando es preciso, algún Siddha desciende de Siddha Loka para guiar a los aspirantes. Incluso hoy, muchos Siddhas viven aquí y allá en India, pero es muy difícil reconocerles, porque no muestran ningún signo externo.
Swami Muktananda

¿Cómo puedo describir el poder del nombre de Dios?



















Eknath Maharaj, un gran devoto de Kishna, dice en sus versos, "¿cómo puedo describir el poder del nombre de Dios? Si lo repitieras, Dios se revelaría en tu interior".

El nombre tiene un poder tremendo. Es un yoga divino y sea lo que sea lo que la gente quiere conseguir, puede conseguirlo repitiendo Su nombre. Pueden lograr todo el poder que están buscando. En "El juego de la Conciencia" sale una descripción de los cuatro cuerpos. Correspondiendo a estos cuatro cuerpos hay cuatro lenguas, o lo que podríamos llamar cuatro niveles de habla.
Tu mantra debe pasar de un nivel a otro. En la etapa inicial repetimos el mantra con nuestros labios o con la lengua física. Pero si el mantra permanece en ese nivel no aportará muchos frutos, debe descender a niveles más bajos del habla, a niveles más sutiles.
En primer lugar repites el mantra que has recibido de un vidente del mantra en la punta de la lengua, el mantra vibra ahí durante un tiempo. Si lo haces con suficiente amor y reverencia pasará rápidamente al centro de la garganta, que es el nivel siguiente.
Estoy revelando el misterio del mantra yoga, que ha sido siempre secreto. En el momento en que el mantra desciende de la punta de la lengua al centro de la garganta, pasa del cuerpo físico al sutil, de la lengua física a la sutil, de vaikhari (el nivel físico del habla) a madhyama (el nivel sutil del habla). A medida que el mantra desciende a niveles más profundos, aumenta su poder. El fruto o los beneficios que puedes conseguir repitiendo cien mil veces el mantra en la punta de la lengua física, es el mismo que consigues al repetir una vez el mantra en el centro de la garganta. Si tu mantra es Om Namah Shivaya, y sientes sus vibraciones en el centro de la garganta, no hace falta que sientas nada en la punta de la lengua. El mantra comienza a llenarte de alegría y te hace más consciente; parece como si estuviera renovando y regenerando. A la par se refina tu intelecto y comienzas a comprender las cosas con un nuevo entendimiento.
Cuando el mantra comienza a vibrar en el centro de la garganta adquieres un poder curativo maravilloso. Sin embargo, no debes dejarte atrapar por estos poderes menores milagrosos, pues de otra forma, tu progreso se vería obstaculizado.
Más adelante el mantra desciende del centro de la garganta al del corazón, el tercer nivel o nivel causal del habla. Cuanto más profunda es la japa, más poderosa. Os he dicho que una repetición en el centro de la garganta equivale a 100.000 repeticiones en la punta de la lengua. Pero una repetición en el centro del corazón equivale a 100.000 repeticiones en el centro de la garganta. Comienzas a entrar en el estado de tandra, un estado más elevado de conciencia, y en él comienzas a tener visiones auténticas de dioses y diosas y también de la deidad del mantra. Puedes ver el pasado y el futuro, pero no te interesas por ello porque tu interés está enfocado en el mantra mismo. Puedes sentir las vibraciones de los mantras en todos estos centros. Cuando un nervio comienza a vibrar lo puedes sentir. Pues similarmente, si el mantra comienza a vibrar en el centro del corazón sentirás sus vibraciones allí.
El mantra desciende del centro del corazón al centro del ombligo. Este es el cuarto nivel del habla, el nivel supracausal. En él tienes la visión beatífica. Te haces consciente de la verdadera naturaleza de este universo y ves a Dios. Es difícil decir que bendiciones otorgará Dios al que haya alcanzado este plano. Puede otorgar la bendición del poder poético o la de augurar algo que forzosamente llegará a ser verdad. Este es el misterio del mantra. Además de ello, cuando un mantra comienza a vibrar en el centro del ombligo puedes oir su vibración incluso mientras duermes.
Swami Muktananda