La intimidad es una experiencia de no separación, de ser uno con lo que 
está sucediendo, sea lo que sea. Tendemos a pensar que, ahora mismo, 
no somos "correctos", demasiado miedosos, ambiciosos, coléricos, o lo que sea, 
pero que si emprendemos alguna clase de práctica espiritual podremos mejorar. 
En algún punto del futuro, seremos como debemos ser.
Tenemos una mente basada en "paras": siempre hacemos esto "para" obtener eso, 
o "para" ser eso otro. Y, sin embargo, es esta tendencia a esforzarnos, 
a ser ambiciosos, a preocuparnos por metas, a adelantarnos a los acontecimientos, 
lo que nos saca del momento presente y nos aleja de lo que somos ahora. En realidad, nos impide la intimidad. Entonces nos quejamos, pero es el propio deseo el que nos impide la intimidad.
Larry Rosenberg

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