Me gustaría destacar dos puntos cuando se ofrece ayuda espiritual a un moribundo: dar esperanza y encontrar perdón.
Siempre que esté con una persona moribunda, insista en lo que ella ha logrado y hecho bien. Ayúdela a sentirse lo más constructiva y satisfecha posible respecto a su vida. Concéntrese en sus virtudes y no en sus defectos. Las personas moribundas suelen ser excepcionalmente vulnerables a la culpa, el pesar y la depresión; permita a la persona expresar libremente estos sentimientos, escúchela y dése por enterado de lo que le diga. Al mismo tiempo, y si se dan las condiciones necesarias, recuérdele que tiene la naturaleza de buda y anímela a tratar de reposar en la naturaleza de su mente mediante la práctica de la meditación. Recuérdele sobre todo que el sufrimiento y el dolor no son todo su ser. Busque el modo más hábil y delicado posible para inspirar a la persona y darle esperanza. Así, antes de entregarse a cavilar sobre sus errores, la persona puede morir en un estado mental más sereno.
Al hombre que clamó "¿Cree usted que Dios me perdonará alguna vez mis pecados?", le diría: "El perdón existe ya en la naturaleza de Dios; ya está presente. "Errar es humano, y perdonar es divino." Pero ¿puede usted perdonarse verdaderamente a sí mismo? Ahí está realmente el problema.
Sogyal Rimpoché- El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte.
Es más fácil perdonar a los demás
ResponderEliminarque perdonarnos a nosotros mismos.
Tengamos piedad
y seamos compasivos con la culpa.
Gracias por traer hasta aquí El Libro Tibetano
de la vida y de la Muerte.
Besos
Gracias Sina por estos consejos que siempre son buenos saberlos en ese momento tan importante como la muerte, un abrazo amiga, Namasté.
ResponderEliminarCuanto tenemos que aprender de éste libro.
ResponderEliminarGracias Sina.
Cariños
Siempre es un placer pasar por aquí. Seguiré estos consejos cuando me encuentre ante una persona moribunda. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarUn beso grande
Muy cierto Marisa, necesitamos ser más compasivos con nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias a ti, por tu visita.
Un abrazo.
Gracias a ti, Georgina.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Así es, es un libro muy valioso, a tener siempre en cuenta.
ResponderEliminarGracias Adriana.
Besos.
Es una alegría que pases a visitarme.
ResponderEliminarUn placer ser útil.
Un gran abrazo para ti, Silver.
Hola te encontre en el blog de arianna.
ResponderEliminarPrecioso tema, la gente no habla de la muerte, acompañar a una persona muribunda es duro, y tambien debiamos preparnos para hacerle todo lo mas facil posible. Ellos oyen hasta el final.
una abrazo.
Me gustaria poner esta reflexion en mi blog,
con la direccion de tu url..... Te parece bien.
Gracias.
Un placer recibir tu visita.
ResponderEliminarSi, no hablamos de la muerte, es como un tabú. El problema está en que todos morimos, aunque queramos ignorarlo y el budismo tibetano tiene muy en cuenta en transito de la muerte, son sabios.
Todo tuyo el mensaje.
Un abrazo.