Gautama se sintió como si una cárcel que le había retenido durante miles de vidas se hubiese abierto de golpe. La ignorancia había sido el carcelero. A causa de la ignorancia, su mente había estado obscurecida, como la luna y las estrellas ocultas por las nubes de tormenta. Nublada por interminables oleadas de pensamientos ilusorios, la mente había dividido falsamente la realidad en sujeto y objeto, yo y otros, existencia y no existencia, nacimiento y muerte, y de esas distinciones surgían opiniones erróneas: las prisiones de los sentimientos, ansias, aferramiento y el devenir. El sufrimiento del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte sólo contribuía a engrosar los muros de la cárcel. Lo único que se podía hacer era apoderarse del carcelero y contemplar su verdadero rostro. El carcelero era la ignorancia ... Una vez eliminado el carcelero, la cárcel desaparecería y ya nunca volvería a construirse de nuevo.
Excelente texto!
ResponderEliminarSaludos.
Andrea.
Eso es: verse a sí mismo y descubrir que el carcelero es una entidad ilusoria. Con solo verlo, desaparece la ilusión.
ResponderEliminarEl texto es magnífico, tiene mucha poesía. Gracias por el regalo, Sina. Un abrazo de luz.
Gracias por este magnifico post.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Cuando te vuelves el observador entonces los barrotes comienzan a caer, gracias por esta entrada un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado el texto y de tener noticias tuyas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti, Andrea
Por nada, para mí es un placer copiar textos tan maravillosos.
ResponderEliminarUn abrazo muy luminosopara ti, Furia
Gracias a ti Guillem, por tu visita.
ResponderEliminarUn abrazo luminoso, Sina
Hay que ser un buen observador, la no implicación hace el resto ...
ResponderEliminarUn abrazo y un beso para ti, Queoquina
Bona nit, sina
ResponderEliminarLa ignorancia es el mayor de los obstáculos que podemos tener. Ella nos trae los miedos, la ira, la rabia, el egoísmo, ....todas las emociones con carga negativa y emociones contrarias que solo cubren momentáneamente las alegrías.
Precioso texto.
Un abrazo muy sereno y un beso grandote con buenas vibraciones para ti,
Naia
Así es Teresa. Gracias a ti por tu visita.
ResponderEliminarUn abrazo muy luminoso, Sina
Bona nit, Naia
ResponderEliminarEl antídoto siempre es el amor...
Un abrazo amoroso y un beso, Sina
Gracias Yamuna, un texto muy esclarecedor, sobre las rejas que nos aprisionan
ResponderEliminarFeliz dia, un cálido abrazo
El texto es excelente. Yo debo estar muy lejos de tanta sabiduría, porque por momentos creo descubrir a ese carcelero y los barrotes comienzan a evaporarse... pero vuelvo a la ignorancia nuevamente.
ResponderEliminarTengo mucho por aprender, todavía.
Un abracito.