Había un gran santo poeta en Benarés llamado Devi Singh. En los momentos de inspiración, la poesía fluía de él. En uno de sus versos, dice: "Hombre, eres la más afortunada de las criaturas por haber nacido de forma humana, porque dentro de tí habita el mismo Dios. Te puedo asegurar que no nacerás en esta forma una y otra vez. Por lo tanto, sigue un camino que te permita realizar a Dios en tu interior".
En el Gita, Krisha define el cuerpo humano como el campo más noble. "Oh Arjuna, este cuerpo es el campo más noble", dice Krishna. La palabra campo es un término muy significativo. Un campo es un trozo de tierra. La tierra es muy inocente, muy pura, ya que asume cualquier función que el propietario le quiera dar. No importa qué substancias o semillas plantes, crecerán y se multiplicarán. Sólo con sembrar unos cuantos granos de trigo, consigues toda una cosecha. Si siembras maiz, podrás cosechar muchísimo maiz, o cualquier cosa que desees. Lo que plantes, crecerá. La tierra parece no resistirse a lo que le eches; la ley parece decir que aquello que plantes te lo devolverá, la tierra, multiplicado. Si quieres, puedes tener un jardín repleto de flores de todas las variedades para alegrar el corazón de cuantos lo visiten; o bien puedes construir una casa de huéspedes que proporcione viviendas para todos los tuyos. Si quieres puedes construir un templo y la gente vendrá a adorar. Si construyeses un ashram la gente vendría a meditar y cantar. También podrías convertirlo en un cementerio. Si lo deseas incluso podrías usarlo como basurero y los vecinos irían a tirar allí sus desperdicios. Tu campo se convertirá en cualquier cosa que desees.
Esta es la razón por la que Krishna habla de nuestro cuerpo como un campo, porque puedes hacer de él lo que quieras. En este mismo cuerpo podrías convertirte en un yogui o en un santo. Podrías convertirte en un individuo sensual, en este mismo cuerpo podrías quedarte atrapado en actividades puramente mundanas o por el contrario apartarte de esta rutina mecánica de la vida cotidiana y enfocar tu atención en el espacio interior. En este cuerpo puedes transformarte en cualquier cosa que desees. En el puedes conseguir el cielo o preparar tu camino al infierno. Lo que siembres aquí será lo que recojas, por lo tanto, deberías cultivar a Dios en este cuerpo meditando en El, porque cualquier cosa que cultives en él, crecerá.
Swami Muktananda
El despertar interior
Que bello Sina!...recuerdo unas palabras de la biblia que dicen Cuida tu cuerpo porque es el templo del Espiritu.
ResponderEliminarVamos a seguir cuidando ese templo.
Un beso muy grande!!!
Muy buena esta nota.
ResponderEliminarSomos un todo.
Vale tanto la espiritualidad, como que mi cuerpo funcione bien.
Llevo un mes tratando de poner en mi blog la campanita, cómo hago?
Besito
Bona nit, amada Sina..
ResponderEliminar¡Este texto es maravilloso! te facilitá más aún la compresnsión de quién somos y el poder que tenemos. Gracias.
Te dejo un abrazo silencioso con dulce aroma canela y coco,
Naia
Hola querida Sina!
ResponderEliminarEl camino de ascensión por los diferentes niveles de conciencia siempre comienza por el cuerpo físico.
Si este nivel no está lo suficientemente gestionado o resuelto, todo se vuelve tóxico y no vivimos de manera coherente con el potencial que tiene como templo de la Conciencia.
Así, la alimentación, el ejercicio, pero sobre todo nuestra postura con respecto a los miedos ante la supervivencia, el trabajo, el sexo, el dinero, provocan que nuestro cuerpo quede frenado en su evolución y no pueda continuar a los siguientes aspectos de la conciencia a través de los chakras.
Puf... perdona, que me he enrollado que no veas...
Bona nit, querida amiga!
Sí, esta es la verdad interior, Sina. Un campo donde se puede cultivar lo que nuestro corazón nos lleve a cultivar. Hay que buscar ese camino con corazón y sembrar con sentimiento en el campo de la propia persona lo que nos llene de regocijo.
ResponderEliminarHermoso post, Sina. Lo mismo que los comentarios que han puesto. Gracias por compartir esta sabiduría. Un abrazo cálido.
Que bien suena verdad? El Templo del Espíritu ... y que real.
ResponderEliminarBueno, pues a cuidarnos.
Que pases un feliz fin de semana.
Muchos besos.
Elisa, me alegro de que hayas venido a visitar mi blog y que te haya gustado el texto.
ResponderEliminarTe contesto en correo privado lo de la campanita, si?
Un beso.
Querida Naia.
ResponderEliminarYo también sentí que era un texto que daba luz.
Feliz fin de semana, amiga.
Un abrazo muy amoroso para ti.
Me alegro que te haya gustado el texto y gracias por tu aporte, siempre positivo.
ResponderEliminarUn abrazo lleno luz para ti, Joy
Estamos en la siembra, querida Furia.
ResponderEliminarCada día vamos sembrando y cuidando con mimo nuestras cosechas ...
Gracias a ti por pasarte por mi blog.
Un abrazo lleno de paz.
Nuestro cuerpo es el campo de batalla...
ResponderEliminarNuestro cuerpo es el templo de Dios...
Debemos cuidar de el para que permanezca inocente, virgen y lleno de pureza, para que nuestra alma se vea capáz de nacer en el y convertirnos en el Hijo de Dios Verdadero.
Gracias.
Comunicar esa Realidad Interior, por medio de palabras, mejor por nuestras obras o nuestra simple presencia... es lo que este mundo necesita, ejemplos vivos.
ResponderEliminarOm Sai Ram
Así es, nuestro cuerpo es el Templo y debemos cuidarlo como se merece.
ResponderEliminarGracias Olga y Carles por vuestra visita.
Un beso.
En eso estamos Tat Tvam, todo es camino ...
ResponderEliminarOm Sai Ram
Al final es la verdad interior la que hemos de buscar, la de cada uno
ResponderEliminarMi casa es mi templo, tambien posada para aquel que busque refugio, templo y posada de Dios que habita en mí y yo en El
Gracias Sina por tu regalo
¿dime qué es lo de la campanita? yo tambien la oigo y me intriga
besos
Un texto precioso, un placer leerte.
ResponderEliminarfeliz semana.
Que cerca lo tenemos y cuanto nos cuesta darnos cuenta ...
ResponderEliminarGracias bella Arianna por tu visita.
Un abrazo luminoso!
La campanita ... escribeme y te mando la referencia. No tengo tu correo.
Me alegro de que te guste.
ResponderEliminarGracias por visitarme Ricardo.
Un abrazo.
Me alegro de que te guste Teresa.
ResponderEliminarUn abrazo muy luminoso!