El Institute of Noetic Sciences (NPR) junto a científicos de prestigiosas universidades como Harvard, Pennsylvania y Johns Hopkins University hicieron un interesante croquis en el que se analizan diversas zonas del cerebro vinculadas a la espiritualidad. El estudio se llevó a cabo debido a que algunos neurobiólogos sostienen que el sentir religioso y la espiritualidad de las personas tienen una explicación a nivel cerebral. Por esta razón, el Institute of Noetic Science hizo un mapa sobre las áreas del cerebro que, hasta ahora, la neurología relacionó directamente con la espiritualidad.
Los científicos analizaron el cerebro de personas que afirmaban haber tenido una experiencia espiritual; ya sea cercanas a la muerte o cristianos, monjes, budistas, entre otras.
Tronco cerebral y misticismo NPR es el tronco cerebral, la mayor ruta de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos. En esta región del cerebro es donde se encuentra el sistema de la serotonina, un neurotramisor neuronal que ayuda a regular el estado de ánimo y el sueño. Los investigadores de Johns Hopkins University, lograron intervenir en los niveles de serotonina, utilizando una sustancia alucinógena llamada psilocybin, con la que provocaron experiencias místicas en grupos de personas. De acuerdo con los estudios, otra parte del cerebro, ubicada en el lóbulo temporal podría ser la sede de la espiritualidad humana. Llegaron a esta conclusión estudiando a enfermos de epilepsia, que cuando sufren ataques epilépticos ven cómo el lóbulo temporal se activa. Durante dichos ataques, los enfermos suelen tener experiencias religiosas (como escuchar la voz de Dios o de los ángeles). De ahí que los científicos establezcan una relación entre ambas experiencias.
La concentración y meditación Algunas investigaciones, además, establecen que el cerebro de las personas que meditan o rezan con frecuencia funciona de forma distinta al de las personas que no lo hacen. Andrew Newberg, de la Universidad de Pennsylvania, sostiene que cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración, la actividad neuronal se intensifica en la parte frontal del cerebro, al tiempo que decrece la actividad en la región de los lóbulos parietales. Esta reducción de actividad neuronal es lo que origina percepciones espaciales anormales, y la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia. Ambas condiciones del cerebro propiciarían la llamada experiencia mística, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido. Otro aspecto de la espiritualidad humana, cuya relación con el cerebro se está investigando actualmente, es el del efecto de los pensamientos espirituales y de las oraciones sobre la capacidad del ser humano para recuperarse de las enfermedades. Diversos científicos, incluidos investigadores del National Institutes of Health, de Estados Unidos, tratan de averiguar si los pensamientos de una persona pueden afectar positivamente al estado físico de otra. En ese sentido, los científicos están analizando las experiencias cercanas a la muerte (ECMs) y lo relacionado a estas. Mientras algunos investigadores mantienen que dichas visiones son solo alucinaciones, un grupo pequeño de estudiosos afirma que las ECMs demuestran que la conciencia está relacionada con el cerebro, pero que no es exclusiva de él.
Publicado en la web de La Casa del Tibet

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