Pura conciencia

Ahora bien, cuando empiezas a conocerla [a tu propia e intrínseca conciencia], el método de adentrarte en ella implica tres consideraciones:
Los pensamientos sobre el pasado son claros y vacíos y no dejan rastro tras de sí.
Los pensamientos sobre el futuro son frescos y no están condicionados por nada.
En el momento presente, cuando [tu mente] permanece en su propia condición sin construir nada, la conciencia, en sí misma y en ese momento, es completamente normal.
Y cuando de esta manera miras en ti mismo, de forma pura (sin pensamientos discursivos), puesto que sólo hay pura observación, habrá una lúcida claridad sin nadie que se constituya en el observador. Solamente es presente una manifiesta y pura conciencia. [Esta conciencia es vacía e inmaculadamente pura] y no ha sido creada por nada. Es auténtica y no adulterada, sin dualidad de claridad y vacío.
Padmasambhava

La paz empieza por nosotros

En el año 1968, durante la guerra de Vietnam, mi estudiante la hermana Chan Khong estaba haciendo trabajos de reconstrucción en Thao Diên. En este pueblo relativamente tranquilo, había patrocinado varios proyectos para ayudar a los agricultores a mejorar los recursos. Un día, cuando la hermana Chan Khong llegó al pueblo, se sorprendió de ver que había sido invadido por soldados americanos que llevaban granadas y escopetas. Parecían angustiados y asustados, como si en cualquier momento fueran a empezar a disparar. En ese momento, la hermana recordó todos los informes vietnamitas sobre My Lai, donde los soldados americanos habían matado un pueblo entero formado principalmente por mujeres, niños y gente mayor. Se percató de que si un solo miembro del pueblo empezaba a gritar o a ponerse nervioso, fomentaría el miedo en los corazones de los soldados americanos y haría que abrieran fuego contra todos, como en My Lai.
La hermana Chan Khong llevó su conciencia a la respiración y se calmó para poder ver qué debía y qué no debía hacer en esa peligrosa situación. Mirando las caras de los soldados americanos, pudo ver lo jóvenes que eran; tenían la misma edad que muchos de sus estudiantes de la universidad. Pudo ver que estaban sobrecogidos por el miedo.
La hermana Chan Khong se acercó lentamente a uno de los soldados y, con su inglés limitado, preguntó educadamente: "¿Qué estais buscando? ¿Qué puedo hacer para ayudaros?". El joven americano se sorprendió de oír a alguien hablándole inglés. Cuando miró a la tímida mujer que tenía delante, se encontró con sus ojos y vio que sinceramente quería ayudar. Dijo: "Buscamos a los comunistas de este pueblo". Y continuó: "Hace cuatro días una tropa de guerrillas vino al pueblo. Querían matar al jefe del pueblo y quemar su casa. Pero los habitantes suplicaron que no lo hiciera porque sus casas están hecha de hojas de palmera y si quemaban su casa las quemaban todas. Pedimos por favor que no mataran a este hombre; es una buena persona. Si lo mataban, en el gobierno de Saigón mandaría otra persona que sería terrible con nosotros".
El joven soldado escuchó a la hermana Chan Khong y llamó al oficial al mando, que preguntó una cosa similar. La hermana volvió a explicar que no había comunistas en el pueblo. Media hora después, el destacamento de americanos se había ido. El derramamiento de sangre se había evitado y la paz había vuelto gracias a la conciencia y la calma de una joven mujer que supo cómo respirar, cómo mirar profundamente y cómo comunicarse con compasión con los soldados.
Thich Nhat Hanh

No vives conforme a leyes humanas sino divinas. Los milagros ocurren. No pierdas nunca de vista la idea de prosperidad y abundancia, y ten por seguro que al hacerlo pones en marcha unas fuerzas que las convertirán en realidad.

Eileen Caddy

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Si sueltas un poco, tendrás un poco de paz. Si sueltas mucho, tendrás mucha más paz.
O sea, donde estés apegado, suéltalo y regresa al centro. Aprende a ver todo movimiento
vital con equilibrio y apertura.
Achaan Chah

La noche oscura

La persona, que estando realmente en la Vía, pasa por malos momentos en el mundo, no debe, a causa de ello, dirigirse a ese amigo que le ofrece refugio y confort, y alienta la supervivencia de su antiguo sí mismo. Por el contrario, debe buscar a alguien que, con fe y de forma inexorable, le ayude a arriesgarse, para que pueda soportar la dificultad y superarla. Solo en la medida en que dicha persona se exponga a sí misma una y otra vez a la aniquilación, puede hallar dentro de sí aquello que es indestructible. En esta osadía radica la dignidad y el espíritu del verdadero despertar.
Karlfried von Durkheim
Esta descripción espiritual de la muerte y renacimiento como "noche oscura", proviene de los escritos del gran místico San Juan de la Cruz. De modo elocuente, describe la noche oscura como un largo periodo de ofuscación, pérdida y desesperanza, que el buscador espiritual debe atravesar con el fin de vaciarse y hacerse lo suficientemente humilde como para recibir la inspiración divina. Lo expresa de este modo: "El alma que está apegada a algo, por mucho bueno que contenga, nunca llegará a la libertad de lo divino."
Tradicionalmente, la noche oscura sólo surge tras haber tenido alguna apertura espiritual inicial. En el primer flujo de la práctica pueden surgir el gozo, la claridad, el amor y un sentido de lo sagrado y, con ello, experimentar una gran emoción acerca de nuestro progreso espiritual. Sin embargo, dichos estados inevitablemente pasarán. Parece que se presentan como regalos iniciales, pero, luego, descubrimos cuanta disciplina y entrega se necesitan para sostener dichos ámbitos y vivir en ellos. A menudo acariciamos inicialmente la luz y luego la perdemos, volviendo a la separación, al desespero y al inconciente. Esto puede suceder muchas veces, en ciclos repetidos de abrir y soltar, de muerte y renacimiento, que jalonan nuestro camino espiritual. Pero es este proceso de muerte y renacimiento, el que nos conduce a la libertad.
Jack Kornfield

Madurez espiritual

El taoísta Lao Tzu celebraba este espíritu cuando escribió:
Aquella que está centrada en el tao puede ir donde quiere sin peligro. Percibe la armonía universal, incluso en medio de grandes dolores, puesto que ha hallado la paz en su corazón.
Lo esencial es que nos demos cuenta ahora, en vida, cuando aún tenemos cuerpo, de que éste es sólo apariencia, y que esta convincente solidez es mera ilusión. La manera más poderosa para lograrlo consiste en aprender a convertirse en un "hijo de la ilusión" después de la meditación: abstenerse de solidificar, como siempre estamos tentados a hacer, las percepciones de nosotros mismos y nuestro mundo, y seguir adelante, como el "hijo de la ilusión", viendo directamente, como hacemos al meditar, que todos los fenómenos son ilusorios y comparables a un sueño. El conocimiento de la naturaleza ilusoria del cuerpo que con esto profundizamos es uno de los más significativos e inspiradores a que podemos recurrir para que nos ayude a liberarnos.
Sogyal Rimpoché
Hoy es como cualquier día, nos despertamos vacíos
y asustados. No abramos la puerta al estudio
y empecemos a leer. Tomemos la flauta.
Permitamos que la belleza amada sea lo que somos.
Existen cientos de maneras de arrodillarse y besar el suelo.
Rumí
... Sri Yukteswar dirigía el estudio de sus discípulos por el mismo método de enfocar con intensidad la mente en un solo punto a la vez. "La sabiduría no se asimila con los ojos, sino con los átomos", decía. "Cuando la convicción de una verdad no esté únicamente en tu cerebro, sino en todo tu ser, entonces quizás podrás dar testimonio de su significado."
Él solía disuadir al discípulo de la tendencia a construirse un conocimiento bibliográfico como paso necesario en la realización espiritual.
"Los rishis escribieron en una sentencia tan grandes profundidades, que los comentaristas letrados han estado ocupados en ellas por generaciones". observaba. "Las controversias literarias son para las mentes perezosas: ¿Qué pensamiento más liberador que "Dios es", o simplemente "Dios"?"
Paramahansa Yogananda
Autobiografia de un Yogui
Hay dos maneras de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro.
Albert Einstein
Tu tarea es crear el nuevo cielo y la nueva tierra. Por eso no pongas el énfasis en los problemas y las tribulaciones, en la enfermedad y el sufrimiento, en las guerras y luchas del mundo. No consientas enmarañarte en ellos, pues si lo haces llegarás a ser parte de la enfermedad y no de la cura. Cuando elevas tu conciencia, quedas inmunizada frente al problema del mundo, y puedes vivir y trabajar con él a tu alrededor y sin embargo éste no te tocará ni te afectará en modo alguno. Un médico o una enfermera han de quedar inmunizados para poder trabajar libremente con enfermedades muy infecciosas, y no han de tener miedo. No albergues temor cuando veas empeorar la situación del mundo. No desesperes nunca. Simplemente permanece con fe, que tu mente esté firme en Mí, y has de saber que todo está muy, muy bien.
Eileen Caddy
Perdonar es el valor de los valientes.
Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar. Mahatma Gandhi

El asceta que no podía esperar

Un asceta, famoso por estar iluminado, llegó a la sincera conclusión de que no estaba en realidad totalmente liberado. Pensó que la enseñanza de Buda le ayudaría y cruzó toda la India hasta que llegó adonde estaba Buda y pidió verle. Le contestaron:
Está haciendo su ronda de pedir limosnas. Aguarda aquí y pronto le verás.
No puedo esperarle, respondió el asceta. Mostradme el camino y le encontraré.
Y se dirigió al centro de la ciudad. Allí vio al Buda yendo de casa en casa con su cuenco de pedir limosnas. El asceta se postró de rodillas y, abrazando los pies de Buda, le dijo:
Tú te has liberado. Por favor, enséñame la práctica que me conduzca a la liberación.
Con mucho gusto, le respondió Buda, pero no aquí. Ahora no es el momento ni el lugar. Ve a mi centro de meditación y espérame allí.
No puedo esperar. En ese tiempo tan breve puedo morir yo o puedes morir tú. Ahora es el momento. por favor, enséñame.
Buda le miró y vio que su muerte estaba cercana. Se dio cuenta de que debía dársele la enseñanza de una vez ...
Cuando veas, le dijo, sé sólo el ver. Cuando oigas, sé solo el oír. Cuando huelas, saborees o toques, sé sólo el oler, el saborear y el tocar. Cuando pienses, sé sólo el pensar.
Buda

Todo es mente

Una persona se duerme en esta habitación y sueña que ha emprendido un viaje alrededor del mundo a través de todos los continentes. Al cabo de muchos años de agotador viaje vuelve a su país, se dirige hacia su ashram y entra en la habitación.
Justo en este instante se despierta y descubre que no se ha movido en absoluto, sino que ha estado durmiendo. No ha vuelto a esta habitación tras grandes esfuerzos, sino que estuvo aquí todo el tiempo.
Y preguntas:
¿Por qué, siendo libres, nos imaginamos limitados?
Yo te contesto:
¿Por qué, estando en la habitación, te imaginas viajando alrededor del mundo, cruzando desiertos y mares?
Todo es mente.
Ramana Maharshi

Quédate absolutamente quieto

Pregunta: ¿Qué he de hacer para despertar a mi verdadero Ser?
Respuesta: Para despertar no has de hacer nada. ¡Nada! ¿A que es lo último que esperabas? Éste es el último lugar en el que hubieras mirado. Todo el mundo trata de hacer algo para despertar. Todo el mundo lee, emprende retiros, prácticas, para despertar. Si fuera tan complicado como para hacer algo, ello implicaría que te hallas separado de eso que está despierto. Y no estás separado de lo que está despierto. Tú eres Eso. No hagas nada. Ni siquiera "hagas". Quédate absolutamente quieto.
Gangaji
Dos monjes van de viaje. En tres días no han visto más que a una vieja en el umbral de su cabaña. Fue ayer; les ofreció un poco de cebada tostada, ligada con té y mantequilla rancia. Aquel magro tsampa del día antes ya les ha bajado a los talones. Tienen hambre y frío. De pronto, empieza a llover. El monje más joven se proteje como puede con un faldón de su mano. El mayor camina delante en silencio. Cae la noche sin que se vea en el horizonte ningún lugar en el que refugiarse, ningún templo, ni ermita, ni la más humilde cabaña. El sendero que siguen va a perderse a lo lejos, en la montaña. El joven novicio ya no puede más. No sabe dónde termina aquel interminable viaje. "El templo zen no debe estar lejos, dice para sí; me parece que nos acercamos a Kamakura, pero ¿será ese nuestro destino?
Rompiendo la estricta consigna de silencio, se atreve a preguntar a su superior, que avanza con paso firme:
"Maestro, ¿a donde vamos?
Ya estamos, responde el maestro.
¿Quereis decir que el final de etapa ya está cerca?
insiste el joven monje..
Aquí, ahora. Ya estamos".
El novicio, espantado, mira el sendero pedregoso que se adentra en la bruma. A lo lejos, las temibles cimas se pierden ya en la noche. Tiene miedo, y frío, y hambre. Y de repente, en un claro, comprende. Se acuerda de las palabras que a menudo ha oído repetir en el monasterio: "El Zen es un camino que va ...". En cada paso por ese camino, está incluida la eternidad. En el presente anida la vida, el oasis, lo infinito. Saboreo el presente; el pasado ya se fue, y el futuro es un sueño; sólo el presente es. "Cuando despiertas a la verdad, dice un poema antiguo, tu mente se vuelve brillante y luminosa, como un rayo de luna".
Repitiéndose estas cosas, el novicio avanzaba en paz.
Henri Brunel

Haga pausas ...

A menudo me preguntan: "¿Cuánto rato hay que meditar? ¿Y cuándo? ¿Debo practicar veinte minutos por la mañana y por la noche o es mejor que haga varias prácticas cortas a lo largo del día?" Sí, es bueno meditar durante veinte minutos, aunque eso no significa que veinte minutos sea el límite. No he visto en ningún lugar de las escrituras que se hable de veinte minutos. Creo que es una idea que ha surgido en Occidente, y yo la llamo "Meditación según el horario occidental". La cuestión no es cuánto tiempo dura la meditación; la cuestión es si la práctica le lleva efectivamente a cierto estado de presencia mental, en el que se encuentra usted un poco abierto y capaz de conectar con la esencia de su corazón. ¡Cinco minutos de práctica atenta son mucho más valiosos que veinte minutos de dormitar!
Dudjom Rimpoché solía decir que los principiantes deben practicar en sesiones cortas. Practique cuatro o cinco minutos y a continuación haga una breve pausa de apenas un minuto. Durante la pausa, abandone el método, pero no abandone en absoluto su estado de presencia mental. A veces, cuando se ha estado esforzando en la práctica, en el preciso instante en que se toma un descanso del método (si no se deja de estar alerta y presente) es cuando realmente se produce la meditación. Por eso la pausa es una parte de la meditación no menos importante que el estar sentado. A los alumnos que encuentran problemas en la práctica suelo decirles a veces que practiquen durante la pausa y hagan una pausa durante la meditación ...
Sogyal Rimpoché
El Libro Tibetano de la Vida y de La Muerte
Por qué no empezar ahora a recibir tu inspiración y guía espiritual de primera mano y no a través de alguna otra persona? ¿No te das cuenta de que posees en el interior toda la sabiduría, todo el conocimiento, toda la comprensión? No es necesario que busques en el exterior, pero eso supone que tienes que emplear tiempo en estar quieta para entrar en lo más profundo de ti hasta encontrarlos. Nada hay más maravilloso o de más valor que entrar en contacto directo conmigo, la fuente de toda creación. Eso significa que has de tomarte tiempo y, si fuera necesario, esforzarte por encontrarlo. Tienes que llegar al estadio en el que seas plenamente consciente de Mí y de Mi divina presencia en todo momento, en el que estés dispuesta a incorporarme a toda tu vida, y camines y hables conmigo en todo momento, compartiéndolo todo conmigo, tanto los éxitos como los fracasos. Cuando fluya el amor y seas una conmigo, querrás por encima de todo compartirlo todo conmigo.
Eileen Caddy

En el centro

La función se termina cuando nos damos cuenta de que es una función. Cuando vemos claramente que la historia es un cuento, que el que cuenta la historia es ficticio, que el "yo" es un cuento, entonces cae el telón. El aplauso es ensordecedor sólo en su absoluto silencio.
Hemos descubierto que en el centro de nuestra existencia no hay un centro, sino que, como la proverbial cebolla, a medida que vamos pelándola capa a capa vamos descubriendo que nos acercamos a un vacío. No hay nada en el centro.
Puede que utilicemos la palabra "nada", pero no es eso lo que se encuentra en nuestro centro. Podríamos decir también que nuestro centro lo contiene todo. Podríamos decir que es amor, o consciencia, o un inmenso campo consciente en el cual surgen todas las cosas, incluyendo la idea misma de un "yo" separado.
Lo que es en el centro no puede expresarse con el lenguaje. No es un sujeto ni un objeto, no es un pensamiento o una palabra. No es dividido, de modo que no puede ser objetivado. No es poseído, de modo que no puede ser mío.
Aquí, finalmente, descubrimos la vida misma, Ser sin hacer, un texto silenciado, la mayor historia jamás contada.
Steven Harrison

Experiencias en la meditación

A medida que se practica, es posible tener toda clase de experiencias, tanto buenas como malas. Así como una habitación con muchas puertas y ventanas deja entrar el aire desde muchas direcciones, cuando la mente se abre es natural que dé cabida a toda clase de experiencias. Se pueden experimentar estados de dicha, de claridad o de ausencia de pensamientos. En cierto modo, estas experiencias son muy buenas, y son señal de progreso en la meditación. Cuando se experimenta dicha, es señal de que el deseo se ha disuelto temporalmente. Cuando se experimenta una auténtica claridad, es señal de que la agresividad ha cesado temporalmente. Cuando se experimenta un estado de ausencia de pensamientos, es señal de que la ignorancia ha muerto temporalmente. De suyo son buenas experiencias, pero si uno se apega a ellas pueden convertirse en obstáculos. Las experiencias en sí no son la realización, pero si permanecemos libres de apego a ellas se convierten en lo que en realidad son, es decir, materiales para la realización.
Las experiencias negativas suelen ser las que más despistan, porque normalmente las interpretamos como una mala señal. Sin embargo, lo cierto es que las experiencias negativas que se presentan en nuestra práctica son una bendición disfrazada. Intente no reaccionar a ellas con aversión, como quizá sería lo normal, y procure reconocerlas como lo que realmente son, nada más que experiencias, ilusorias y de la misma naturaleza que un sueño. El conocimiento de la verdadera naturaleza de la experiencia libera del daño o peligro de la experiencia en sí, debido a lo cual hasta una experiencia negativa puede convertirse en fuente de gran bendición y logro. Existen innumerables relatos acerca de cómo los maestros trabajaron de este modo con sus experiencias negativas y las transformaron en catalizadores de la realización.
Dice la tradición que para un auténtico practicante no son las experiencias negativas, sino las positivas, las que representan un obstáculo. Cuando las cosas van bien, hay que tener especial cuidado y estar muy atento para no volverse complaciente o excesivamente confiado. Recuerde lo que dijo Dudjom Rimpoché cuando yo me hallaba en mitad de una experiencia muy poderosa: "No te excites demasiado. En último término, no es ni bueno ni malo". Él sabía que estaba empezando a apegarme a la experiencia: ese apego, como cualquier otro, debe ser superado. Lo que hemos de aprender, tanto en la meditación como en la vida, es a estar libres de apego a las experiencias buenas y libres de aversión hacia las negativas.
Dudjom Rimpoché nos advierte contra otro peligro: "Por otra parte, es posible que en la práctica de la meditación experimente un estado turbio, semiconsciente, vagoso, como si tuviera la cabeza cubierta por una capucha; una pesadez soñolienta. En realidad, no es nada más que una especie de estancamiento borroso y sin mente. ¿Cómo se sale de ese estado? Póngase alerta, enderece la espalda, expulse el aire estancado, de sus pulmones y dirija su consciencia al espacio transparente a fin de refrescar la mente. Si permanece en ese estado estancado, no evolucionará; así pues, siempre que surja este obstáculo, elimínelo una y otra vez. Es importante que esté lo más atento posible y tan vigilante como pueda".
Sogyal Rimpoché
El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte