El amor transforma lo amargo en dulce, el cobre en oro, desvanece las sombras.
Convierte la muerte en vida, y los señores en esclavos.
Del entendimiento viene el amor, ¿te ha llevado alguna vez la estupidez tan alto?
Rumí

Ni más ni menos

















¿Quién es el que está meditando? Si te sientas y cierras los ojos y te pones a buscar, nunca encontrarás al meditador. ¿Por qué razón meditas? Por eso, mientras estés ahí, a la expectativa, o incluso abriéndote a la iluminación, nada sucederá. La anticipación es, por sí sola, suficiente para garantizarlo. Anticiparse es una función mental ligada al recuerdo del pasado y a las expectativas de lo que acontecerá en un futuro. Mientras se dé, no habrá posibilidad de que surja nada más. En cierta manera puedo decirte que, tanto si meditas como si no meditas, da igual. Cuando ves y comprendes la naturaleza de "lo que es", su simplicidad, su inmediatez, su singularidad y su transitoriedad, también comprendes que la meditación formal es superflua. Estás sentando en la mesa de la cocina bebiendo café y surge el pensamiento: "Tendría que ir a meditar". Entonces te das cuenta de que no sirve de nada porque donde estás "es lo que es". Lo que es, es, ¿por qué ir a buscarlo escaleras arriba? Cuando aceptas esto es posible reconocer que lo que eres es conciencia absoluta. Ni más ni menos.
Tony Parson


















"No enfoquen la vida en forma negativa", le dijo el Maestro a un grupo de discípulos.

¿Por qué contemplar las cloacas, cuando hay tanta belleza a nuestro alrededor?
Incluso en las más extraordinarias obras de arte, en la música y la literatura, podemos siempre descubrir algún defecto. Pero, ¿no es preferible disfrutar de su encanto y de su gloria? La vida posee un aspecto luminoso y otro oscuro, pues el mundo de la relatividad está compuesto de luz y de sombra.
Si dejan que sus pensamientos se concentren en el mal, ustedes mismos se tornarán feos.
Contemplen solamente el bien en todo, y absorberán así la cualidad de la belleza.
Paramahansa Yogananda

La vía del no esfuerzo



















... Poonjaji se volvió hacia mí y me preguntó directamente:

Cuando no hay pasado ni futuro, ¿quién eres?
Me descubrí buscando en mi mismo quién era y en el instante en que me volví hacia mi interior se produjo lo que puedo describir como una explosión de silencio. Mi cuerpo estaba vivo y vibraba de energía, pero la mente estaba totalmente en silencio. Él repitió la pregunta y me vi a mí mismo diciendo:
Yo soy.
No había nada más que decir.
Muy bien -respondió mientras se le iluminaba el rostro-. Y ahora, ¿quién eres cuando no hay el "yo soy"?
Hubo entonces otra explosión en mi interior, tras la cual mi boca dijo:
Nada.
La palabra surgió de un lugar desconocido, pero en cuanto la pronuncié supe que era la respuesta correcta. Mientras pronunciaba la palabra mi cuerpo y mi mente parecieron explotar de nuevo en un silencio aún mayor. Anteriormente le había hablado de mis hábitos y tendencias mentales, mencionándole que los consideraba claramente los obstáculos que obstruían mi atención. Él me miró y me preguntó:
Ahora, ¿cuál es la naturaleza de todas esas tendencias mentales de las que antes me hablabas?
La experiencia que estaba teniendo me dio la respuesta:
No poseen realidad alguna.
Bien, me dijo. Ahora comprendes. Aquí es donde empieza nuestro trabajo.
Murray Feldman

El Collar




















... No es necesario ningún esfuerzo especial para realizar el Ser. Todos los esfuerzos se centran en eliminar el actual oscurecimiento de la Verdad. Una mujer lleva un collar en el cuello. Se olvida de él, cree haberlo perdido e, impulsivamente, se lanza a buscarlo aquí, allí y por todas partes. Al no encontrarlo les pregunta a sus amigos si lo han visto en alguna parte, hasta que uno de sus amigos, señalándole el cuello, le dice que se toque el collar que lleva ceñido. Así lo hace y se siente feliz por haber hallado su collar.

Y cuando, de nuevo, se encuentra con sus amigos, estos le preguntan si ya encontró su collar. Y ella les responde: "sí", como si lo hubiera perdido y recuperado. Su felicidad al descubrirlo ciñéndole el cuello es la misma que si hubiera recuperado algo suyo perdido. En realidad, nunca lo había perdido ni nunca lo recuperó. Y, no obstante, se sintió desgraciada y ahora es feliz. Ocurre igual con la realización del Ser.
Ramana Maharshi

Cuando llega la muerte (pasaje)



















Y así pues, lo contemplo todo como una hermandad de hombres y mujeres, y considero el tiempo sólo como una idea, y considero la eternidad como otra posibilidad; y pienso en cada vida como una flor, tan corriente y tan singular como una margarita de campo;
y en cada nombre como una agradable música en la boca, tendiendo -como todas las musicas- hacia el silencio;
y en cada cuerpo como un adalid del coraje; algo precioso de la Tierra.
Acabado esto, quiero decir: toda mi vida fui novia del asombro.
Fui el novio llevando al mundo entre mis brazos.
Mary Oliver

Las dos personas ...


















Dos personas han vivido en usted durante toda su vida. Una es el ego, gárrulo, exigente, histérico, calculador; la otra es su ser espiritual oculto, cuya queda voz de sabiduría rara vez ha oído o atendido. A medida que vaya escuchando cada vez más las enseñanzas, las contemple y las integre en su propia vida, su voz interior, su sabiduría innata para discernir lo que en budismo denominamos "percepción selectiva", despertará y se irá fortaleciendo, y empezará usted a distinguir entre su guía y las diversas, clamorosas y cautivadoras voces del ego. Empieza a regresarle el recuerdo de su auténtica naturaleza, con todo su esplendor y confianza. Comprobará, en realidad, que ha descubierto en usted mismo su propio guía sabio, y conforme la voz de su percepción selectiva se vaya haciendo más y más fuerte y clara, empezará usted a distinguir entre la verdad de esa voz y los variados engaños del ego, y podrá escucharla con discernimiento y confianza. 
Sogyal Rinpoche
El libro tibetano de la vida y de la muerte

El Alma y el Poder

























El mundo siempre había amado a los santos como la mayor aproximación posible a la perfección de Dios. Parece que Cristo, merced a algún instinto divino, hubiera amado siempre al pecador como la mayor aproximación posible a la perfección del hombre. Su principal deseo no era reformar a la gente ni tampoco aliviar el sufrimiento. Pero en el sentido que el mundo aún no ha entendido, consideraba el pecado y el sufrimiento como cosas que en sí mismas eran bellas y sagradas, y modos de la perfección.
Oscar Wilde
En una vida llena de alma nunca falta la sombra, y parte del poder del alma se genera en las características de la sombra. Si queremos vivir desde nuestras profundidades -en plenitud de alma-, entonces, a medida que la sombra se oscurece, tenemos que renunciar a toda pretensión de inocencia. La recompensa principal del abandono de la inocencia, con el fin de que el alma pueda expresarse plenamente, es un aumento de poder. En presencia del poder profundo, la vida se robustece y se vuelve apasionada, signos de que el alma está comprometida y expresándose.
Thomas Moore
El cuidado del alma

La parábola de la flor sin aroma

















Se parece el método sin intención pura a una bella flor que no exhala ningún aroma.
La intención pura embellece el alma, y es como un maravilloso perfume que exhala la mente y que orienta el método hacia el verdadero crecimiento interior y la realización de uno mismo. Esa intención, cuando es pura, es también altruista, es decir, la persona trata de mejorarse y evolucionar no sólo para beneficio propio, sino también para los demás. Del mismo modo que la lámpara no sólo se procura luz a sí misma, sino a todo lo que la rodea, así la persona que mejora su vida interior y se armoniza también irradia su "perfume" en todas las direcciones.
Ramiro Calle
Los Mejores Aforismos y Parábolas de Oriente.
























Correctamente entendidos y utilizados, los obstáculos y dificultades a menudo pueden resultar una fuente inesperada de energías.
Gesar fue un gran rey guerrero del Tibet, cuyas hazañas constituyen la mayor epopeya de la literatura tibetana. Gesar significa "indomable", una persona a la que nunca se puede abatir. Desde el momento en que nació, su malvado tío Trotung trató de eliminarlo por todos los medios, pero a cada nuevo intento Gesar se volvía más y más fuerte.
Para los tibetanos, Gesar no sólo es un guerrero en el plano de las armas, sino también en el espiritual. Un guerrero espiritual es alguien que ha desarrollado una clase especial de coraje, alguien de por sí inteligente, apacible e intrépido. Naturalmente, los guerreros espirituales también pueden tener miedo, pero aun así son lo bastante valerosos para saborear el sufrimiento, para relacionarse claramente con su miedo fundamental y extraer sin evadirse las lecciones de las dificultades.
Sogyal Rimpoché

















Una reflexión directa sobre el significado de la muerte y las múltiples facetas de la verdad de la impermanencia, puede capacitarnos para hacer un uso enriquecedor de esta vida cuando aún tenemos tiempo, y nos permite morir sin tener que arrependirnos ni reprocharnos el haber malgastado la vida.
El célebre santo y poeta tibetano Milarepa dijo: "Mi religión es vivir, y morir, sin remordimientos".
Sogyal Rimpoché

Y yo fui el tiempo

























En un clásico koan se te pide que describas tu rostro original, el que tenías antes de nacer. Nunca he estado tan cerca de poder responder a esa pregunta como en el año en que murió mi madre.
Tenía cáncer y tuvo que guardar cama durante un breve período. En los últimos tres o cuatro días de su vida, su apariencia física empezó a cambiar de manera ostensible. Perdió peso rápidamente y su piel comenzó a estirarse y sus arrugas, a desaparecer. En realidad, empezó a transformarse en alguien de apariencia muy relajada y realmente joven. Comenzó a parecerse enormemente a las fotos que yo había visto de ella, a la de las fotos que habían sido tomadas cuando tenía unos 20 años. Parecía una joven de pelo encanecido, como por capricho. Un inquieto eco de los tiempos felices.
Mientras la miraba me sentí engullido en una especie de enorme regalo. Era como si se me hubiera concedido la oportunidad de ver a mi madre tal y como era antes de nacer yo. El tiempo parecía haberse detenido. Y el tiempo se convirtió en algo excepcionalmente real para mí debido únicamente a que había dejado de transcurrir. La mujer que tenía ante mí era el tiempo. Y yo era el tiempo. Y la habitación era el tiempo.
Gary Thorp
Todo proviene del amor, incluso cuando no lo parece. Hasta aquellas personas que nos hacen cosas que nos reportan sufrimiento, están llevando a cabo un gran acto de servicio, porque nos están proporcionando información a través de esa experiencia sobre adónde necesitamos llevar más luz.
Chris Griscon

Un Largo Sueño

En la India dos hombres caminaban por el campo. El más anciano dijo:
Estoy cansado. Por favor, ve a buscar un poco de agua en los pozos que se ven al otro lado del arrozal. Te espero a la sombra de estos árboles.
El joven cruzó el campo y en el pozo se encontró con una muchacha que estaba sacando agua. Se sintió atraído por ella y suavemente le preguntó su nombre. Ella le contestó con una sonrisa. Algo más tarde él le propuso llevarle la vasija hasta el pueblo. Ella aceptó. Ya en la aldea fue invitado a comer en casa de la joven. Conoció a toda la familia y acabó pidiendo la mano de la chica. Se la concedieron.
Tras la boda trabajó como campesino, tuvo hijos y los educó. Uno murió de enfermedad. Sus suegros también fallecieron y se convirtió en el cabeza de familia. Su hijo mayor se casó y partió. Su mujer, con el pelo ya cano, murió algo después. Él la lloró, porque la había amado mucho. Días más tarde una inundación devastó el valle. Fue arrastrado como sus vecinos por un torbellino de agua fangosa. Luchó para sujetar a su hijo menor, que se ahogaba ante sus ojos.
De repente, sin saber por qué, se acordó de su amigo, el anciano que le había pedido agua. Al instante se encontró en tierra seca, cruzando un campo, con una jarra en la mano. Regresó junto al anciano, que estaba adormecido bajo un árbol. Algo en el aire, que se había vuelto puro y ligero, parecía indicarle al joven que se hallaba en el mismísimo umbral del Gran Misterio. El anciano se despertó y le dijo:
El sol ya está bajo. Tardaste mucho. Estaba a punto de ir a buscarte.

Convertir la pena en compasión

El corazón humano tiene la extraordinaria capacidad de mantener y transformar las penas de la vida en un gran río de compasión. Se trata del don de figuras como Buda, Jesús, La Virgen Maria y Kwan Yin, la Diosa de la Compasión, de proclamar el poder de su tierno y piadoso corazón frente a todo el sufrimiento del mundo. Cuando nuestro corazón se abre y se descubre, se inicia en él el despertar de este río de compasión interior. La compasión surge cuando permitimos que nuestro corazón sea alcanzado por el dolor y la necesidad de otro.
Para cultivar dicha cualidad, tal vez deseemos practicar la meditación tradicional para la práctica de la compasión y para transformar las penas en el fuego del corazón.
Siéntate serenamente de un modo silencioso y centrado. Respira con suavidad y siente tu cuerpo, los latidos del corazón, la fuerza vital que hay en tu interior. Siente el aprecio a tu propia vida, como te recoges frente a tus pesares. Tras unos instantes, lleva a tu mente a alguna persona cercana que ames. Imagínatelos, así como imagínate tu cariño hacia ellos. Date cuenta de como puedes detenerlos en tu corazón. Sé consciente de sus penas, del alcance de su sufrimiento en esta vida. Siente como tu corazón se abre de un modo natural, yendo hacia ellos para desearles lo mejor, ampliando su comodidad, compartiendo sus dolores y sumándote a ellos con compasión.
Se trata de la respuesta natural del corazón. Junto a dicha respuesta, deséales activamente su bienestar, recitando la frase tradicional, libérate del dolor y la pena, consigue la paz, mientras los mantienes en tu corazón compasivo. Sigue recitando dichas frases por algún tiempo.
A medida que aprendes a sentir tu hondo cariño por estas personas próximas, puedes ampliar dicha compasión a otros conocidos, de uno en uno. Poco a poco vas abriendo esta compasión cada vez más, hasta alcanzar a tus vecinos, a los que viven lejos y, finalmente, a la hermandad de todos los seres. Siente como la belleza de cada ser te aporta gozo y como el sufrimiento de cualquier ser te hace llorar. Siente la tierna comunicación con toda la vida y sus criaturas, como se ve acompañada de sus penas y las sujeta compasivamente.
Permite luego que tu corazón se convierta en una alquimia transformativa para las penas del mundo. Siente tu respiración, puedes inspirar dolor y expirar compasión. Empieza respirando las penas de todos los seres. Con cada inspiración, deja que las penas alcancen tu corazón y se transformen en compasión. Con cada expiración, desea el bien para todos los seres, amplía tu cariño y piadoso corazón para con ellos.
Mientras respiras, empieza a visualizar tu corazón como un fuego purificador que puede recibir los dolores del mundo y transformarlos en la luz y calor de la compasión.
Se trata de una meditación poderosa que puede exigir cierta práctica. Se amable contigo. Haz que el fuego de tu corazón arda suavemente en tu pecho. Inspira las penas de quienes pasan hambre. Inspira las penas de los que están atrapados en una guerra. Inspira las penas de la ignorancia. Con cada expiración, visualiza a todos los seres vivos y expira el saludable bálsamo de la compasión. Con cada suave inspiración, una y otra vez, amplía la piedad y la compasión sanadoras. Como la madre del mundo, lleva éste a tu corazón, invitando a todos los seres a que te alcancen con cada respiración, incorporándolos compasivamente con cada expiración.
Tras algún tiempo, siéntate tranquilamente y haz descansar naturalmente tu respiración y tu corazón, como si constituyeran un centro de compasión en medio del mundo.
Jack Kornfield
Allí estaba, sentado en una banqueta, con los pies descalzos sobre las baldosas rotas de la vereda, gorra marrón, manos arrugadas, sostenía un viejo bastón de madera; pantalones que, arremangados, dejaban libres sus pantorrillas y una camisa blanca, gastada, con un chaleco de lana tejido a mano. El anciano miraba a la nada. Lloró y en su única lágrima expresó tanto, que me fue muy difícil acercarme a preguntarle o siquiera consolarlo. Pasé por el frente de su casa mirándolo, al girar su cara fijó su vista en mi.
Le sonreí, lo saludé con un gesto, aunque no crucé la calle. No me animé, no lo conocía y si bien entendí que con aquella lágrima mostraba una gran necesidad, seguí mi camino, sin convencerme de estar haciendo lo correcto. Guardé la imagen de su mirada encontrándose con la mía. Traté de olvidarme. Caminé rápido, como escapándome. Compré un libro y ni bien llegué a mi casa comencé a leerlo. Esperaba que el tiempo borrara esa presencia... pero esa lágrima no se olvidaba...
“Los viejos no lloran así, por nada”, me dije. Esa noche me costó dormir, la conciencia no entiende de horarios. Decidí que a la mañana volvería a su casa y conversaría con él, tal como entendí que me lo había pedido. Luego de vencer mi pena, logré dormir. Recuerdo haber preparado un poco de café, compré galletas y, muy deprisa, fui a su casa convencido de tener mucho por conversar. Llamé a la puerta, cedieron las rechinantes bisagras y salió otro hombre.
“¿Qué desea?”, preguntó, mirándome con un gesto adusto.
“Busco al anciano que vive en esta casa”, contesté.
“Mi padre murió ayer por la tarde”, dijo entre lágrimas.
“¡Murió!”, respondí decepcionado. Las piernas se me aflojaron, la mente se me nubló y los ojos se me humedecieron.
“¿Usted quien es?”, volvió a interrogar.
“En realidad nadie -contesté- ayer pasé por la puerta de su casa y estaba su padre sentado, vi que lloraba y a pesar de que lo saludé no me detuve a preguntarle qué le sucedía. Hoy volví para hablar con él pero veo que es tarde”.
“No me lo va a creer, pero Usted es la persona de quien hablaba en su diario”, me comentó el hijo.
Extrañado por lo que me decía, lo miré pidiéndole más explicaciones.
“Pase, por favor”, me dijo.
Me llevó hasta donde estaba su diario y la ultima hoja rezaba: "hoy me regalaron una sonrisa plena y un saludo amable... hoy es un día bello".
Tuve que sentarme, me dolió el alma de solo pensar lo importante que hubiera sido para ese anciano que yo cruzara aquella calle. Me levanté lentamente, miré al hombre y le dije: “Si hubiera cruzado de vereda y hubiera conversado unos instantes con su padre...
” Pero me interrumpió y, con los ojos humedecidos de llanto, dijo: “¡Si yo hubiera venido a visitarlo al menos una vez este último año, quizás su saludo y su sonrisa no hubieran significado tanto!”.

Londres, Abril 1980

He venido a escucharle por primera vez, ¿podría hablarme de su filosofía de la vida?

Comencemos por considerar por qué has venido hoy aquí. Si buscas el motivo, descubrirás en ti un sentimiento de carencia interior, una especie de hambre que tratas de satisfacer viniendo aquí. Antes de seguir adelante, debes comprender que no hay realmente nada que alcanzar. Cuando te convences completamente de esto, tiene lugar una detención. Toda la energía previamente expandida hacia cualquier objetivo retorna a su origen y eres retrotraído a tu presencia. En un principio, puede tratarse de una presencia a algo, porque está en la naturaleza de los ojos el ver y en la de los oídos el oír. Pero cuando visión y audición quedan libres de motivo, finalidad e intención, no pertenecen ya sólo a los ojos y oídos. La atención no cualificada es multidimensional: todo el cuerpo oye y puedes sentir, aunque no de forma sensorial, que visión y audición aparecen en ti, en tu presencia global. Al final, incluso visión y audición desaparecen en esta presencia y tú eres uno con ella. En última instancia, no hay ya un sujeto que ve ni un objeto que es visto. Hay sólo unidad.

Esto es lo que vengo a comunicarte aquí. La identidad con esa presencia, con esa totalidad, con esa plenitud, es meditación, pero no hay nadie que medite ni objeto sobre el que meditar. Esto, pues, no pertenece a la filosofía. Es tu naturaleza real.

¿No equivale esto a descubrir lo que realmente somos?

Sí, pero nunca podemos conocer quiénes somos realmente como conocemos otras cosas, porque somos el proceso de conocer. Debemos, pues, admitir que somos conocimiento. Todo lo demás es sólo un concepto.

Pero podemos tener un resplandor fugaz de ello, un destello que provoca una certeza que después no podemos olvidar. Por eso nos esforzamos en volver de nuevo a esa situación.

Jean Klein- La Sencillez del ser

Dentro del patio de un castillo, sin puertas ni ventanas, con altos muros, había dos caballos encerrados. Cada cual pateó una muralla distinta tratando de derribarla para escapar. Uno de ellos se cansó. “Los muros son muy espesos. Nunca podré echarlos abajo. Mejor me tiendo en el suelo a dormir”. Así lo hizo… El otro caballo siguió pateando. Durante mucho tiempo no logró nada. Pero un día, cuando menos se lo esperaba, el muro cayó y él pudo ver un hermoso paisaje que le ofrecía su hierba verde… El primer equino, al verlo galopando libre y feliz, trató de seguirlo, pero una invisible barrera no le permitió escapar. Desde lo alto de los muros le llegó una voz: “¡Cada caballo tiene que labrar su propia salida!”… El animal comprendió la lección y comenzó a patear su muro, día y noche, sin cejar, hasta que la pared se derrumbó y obtuvo su libertad.
Alejandro Jodorowky

El verdadero fundamento de la enseñanza consiste en observar al "yo" como algo vacío.
Pero las personas vienen a estudiar el Dhamma para incrementar la propia opinión de su
yo, de modo que no quieren experimentar ni sufrimiento ni dificultades. Quieren que
todo sea cómodo y agradable. Ellos querrían trascender el sufrimiento, pero si todavía
hay un "yo", ¿cómo podrán hacerlo alguna vez?
Así es de sencillo una vez que lo entiende. Es así de simple y directo. Cuando surjan
cosas placenteras, comprenda que están vacías. Cuando surjan cosas desagradables,
observe que no son suyas. Pasan. No se relacione con ellas como algo propio, ni se vea
a sí mismo como poseyéndolas. Usted cree que el árbol de papaya es suyo, entonces
¿por qué no se siente herido cuando se tala? Si puede entenderlo, entonces ese es el
camino correcto, la enseñanza correcta del Buda y la enseñanza que conduce a la
liberación.
Ajahn Chah

Gracias

Gracias, India
gracias, terror
gracias, desilusión
gracias, debilidad
gracias, consecuencia
gracias, gracias, silencio
¿Qué tal si no te culpo de todo?
¿Qué tal si por una vez disfruto del momento?
¿Qué hay de lo bien que me sabe perdonarte?
¿Qué hay del afligirte por cualquier cosa?
El instante en que me liberé de ello
fue el momento en el que obtuve más de lo que podía manejar.
El instante en que me aparté
fue el instante en que toqué tierra.
¿Qué tal si dejo de ser masoquista?
¿Qué tal si recuerdas tu divinidad?
¿Qué tal si te pones a gritar sin asomo de vergüenza hasta que se te
salgan los ojos?
¿Qué tal si no equiparas la muerte con detenerte?
Gracias, India,
gracias, providencia,
gracias, desilusión,
gracias, nada,
gracias, claridad,
gracias, gracias, silencio.
Alanis Morissette